Libros de artista, casi un museo portátil.
Marcel Duchamp, uno de los responsables del surgimiento del arte conceptual en la cultura occidental, en 1934, juntó fotografías, dibujos y notas manuscritas, fechados entre 1911 y 1915, y los guardó en una caja de cartón forrada de seda verde y la tituló con tipografía mayúscula punteada en la cubierta. Esa obra se tituló “La caja verde. La novia desnudada por sus solteros, incluso” y podría considerarse uno de los primeros libros de artista. Este amplio archivo funciona a modo de páginas de su período más productivo, se puede mirar y leer, pero no están encuadernadas para hojear como los libros tradicionales.
En Chile, el poeta y pintor chileno Arturo Alcayaga Vicuña está consignado como el autor del primer libro de artista, con su trabajo “Las ferreterías del cielo” realizado en 1955, cuando junto a unos presos de la cárcel de Valparaíso edita, de manera artesanal, un libro que mezcla algunos dibujos junto a textos de distintas tipografías, que varían en tamaño y color.
Es en los años 60 cuando se consolidan en Chile varios proyectos visuales que están dentro de la denominación de libros de artistas, coincidiendo la mayoría en su publicación artesanal, un tiraje limitado y una exploración visual que combina las inquietudes de artistas, poetas y escritores. Una comercialización más extensa de los medios de reproducción masiva, como la impresora offset y la máquina fotocopiadora, también favorecieron el experimento de la autoedición y la experimentación con otros tipos de libros. Aunque también pueden ser piezas únicas o producidas en imprenta, en papel u otros soportes y materiales como madera, cartón, lata o materiales reciclados.
Hacia el fin de los años 60 y principios de los 70 se publican otros libros de artistas de autores chilenos, entre ellos: “Entredios” (1968) del anteriormente mencionado Alcayaga Vicuña, “Manual de Sabotaje” (1969) de Tito Valenzuela y “Los paraguas del no” (1969) de Mauricio Rosenmann Taub, todos estos aún muy vinculados a la poesía, con un juego textual e intertextual. También se encuentran “Artefactos” (1972) de Nicanor Parra, “Sabor a mí” (1973) de Cecilia Vicuña y “Manuscritos” (1975) editado por Ronald Kay. En estos hay más juego de collage de estilo dadaísta, con la incorporación de trozos de revistas, mapas o dibujos.
Las colecciones de libros de artista del Archivo de Gráfica Chilena
Guillermo Núñez (1930- 2024) es uno de los artistas más reconocidos de Chile, tanto por su extensa trayectoria, como por la variedad de formato de sus trabajos y los múltiples premios que recibió, incluido el Premio Nacional de Artes Plásticas el 2007. De joven estudió diseño teatral, pero también fue pintor, grabador e ilustrador. Y tuvo una conexión especial con libros, siendo para él un artefacto que reunía muchos de sus intereses y sus vínculos con otros artistas. Comprendía los libros de artista como una tipología artística portadora de expresión y significado, además de una invitación al lector/espectador de jugar con el ritmo de la mirada y la lectura, en esta pequeña sala de exhibiciones, el libro es la obra y el contenedor. Hace un tiempo la Biblioteca Nacional adquirió un conjunto de libros de Núñez en el que destacan las obras “Contra la muerte”, realizada junto al poeta Gonzalo Rojas, que contiene dibujos originales y versos y “Quizás, aún, tal vez”, que tuvo un tiraje muy limitado de sólo 14 ejemplares.
Guillermo Deisler (1940- 1995) fue otro de los artistas chilenos que destacó en la realización de libros de artista y hace presencia en la colección del Archivo de Gráfica Chilena con 20 piezas, entre las que destacan “GRRR” como la más antigua (1969) y “El cerebro” (2020) como la publicación más reciente. Deisler fue poeta visual, editor, académico y grabadista, siendo gestor cultural e impulsor de Ediciones Mimbre, que tenía como principios el oponerse a la ética y la estética de la edición comercial, reivindicar el trabajo artesanal, promover la participación conjunta de autores y editores y, finalmente, difundir la obra de autores que estaban fuera del circuito intelectual.
El proyecto “cARTálogo bicentenario” es otra de las colecciones de libros de artista del Archivo. Nació en el contexto de la celebración de los 200 años de la Biblioteca Nacional, el año 2013, cuando se convocó a un grupo de artistas a realizar una obra de arte tomando como base las antiguas fichas catalográficas, con el objetivo de exhibir de otra maneras los fondos bibliográficos y patrimoniales. El proyecto se inspiró de una instancia similar llamada “Cartalog” realizada en la Universidad de Iowa y que llegó a Chile a través de la artista Carolina Larrea. La colección consta de 51 libros de distintos tamaños, formatos y formas de desplegarse, que fueron realizados por artistas nacionales y extranjeros, entre los que destacan Sybil Brintrup Krüger, Mónica Bengoa y Beatriz Leyton.
Las tres colecciones de libros de artistas del Archivo de Gráfica Chilena se han expuesto durante el segundo semestre del 2024 en los catafalcos del sector Moneda de la Biblioteca Nacional, donde se pueden apreciar en su materialidad y diversidad, recordándonos cómo los libros pueden ser transformados y expandidos, pero sobre todo cómo se convierten en una posibilidad de crear y comunicar sin límites.
Referencias en las colecciones BN:
Contra la muerte. Guillermo Núñez y Gonzalo Rojas. Santiago, 2005–2006. Colección Archivo de Gráfica Chilena, Biblioteca Nacional.
Quizás, aun, tal vez. Guillermo Núñez. Santiago, 2015–2017. Colección Archivo de Gráfica Chilena, Biblioteca Nacional.
Guillermo Deisler. Produkt: Found Poetry. Alemania, 1992. Colección Archivo de Gráfica Chilena, Biblioteca Nacional.
Guillermo Deisler. Germany Stamp. Alemania, 1990. Colección Archivo de Gráfica Chilena, Biblioteca Nacional.
Oficina de arte [realia] Sybil Brintrup Krüger. Chile, 2013. cARTálogo Bicentenario, Colección Archivo de Gráfica Chilena, Biblioteca Nacional.
El orden y el desorden son dos palabras que designan por igual el azar [realia] Mónica Bengoa. Chile, 2013. cARTálogo Bicentenario, Colección Archivo de Gráfica Chilena, Biblioteca Nacional.