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Las ironías de la moda

Exposición

Las ironías de la moda

Publicado el 30/09/2005
La obra de la reconocida poeta y artista audiovisual Lila Calderón se exhibe en la Galería de Cristal de la Biblioteca Nacional desde el miércoles 5 de octubre.

[!c:Liquidación por cambio de temporada] se titula la exposición de la artista Lila Calderón, que se exhibe en la Galería de Cristal de la Biblioteca Nacional desde el 5 de Octubre. Esta muestra corresponde a un conjunto de ensamblajes creados a partir de materiales heterogéneos y objetos encontrados, que en su esencia expresan el desconcierto de una puesta en escena que busca legitimar su derecho a usar la calle, las vitrinas, los cuerpos fragmentados, la ciudad y sus signos, así como las reglas de la moda en su exhibición que renueva y recicla las apariencias, sin dejar de ironizar acerca del sin sentido o del verdadero precio de la moneda de cambio. Lila Calderón enlaza en este trabajo elementos de diversos lenguajes artísticos desbordando los géneros representativos y sus límites. La obra de la artista serenense ha sido bastante difundida, en especial su trabajo audiovisual, donde destacan trabajos como [!c:El horizonte no es azul], documental con el que obtuvo el 1er premio de video-poesía de la Feria Internacional de Libro de Santiago de Chile el año 1994, además de [!c:La muerte de un poeta], 1er premio del Encuentro de Cine y Video del Caribe, realizado en La Habana en 1998. [!B:Apuntes sobre la obra] El pintor y diseñador Mauricio Vico realiza un comentario sobre el arte poética de Lila Calderón y sobre la exposición. "Todas las realidades se distinguen y se desenmascaran en una noche a ciegas a través de las palabras. La línea del horizonte no es más que un dato para trazar la imagen de un pez cado y nadando. La memoria colectiva está en crisis. En el tiempo se agitan antiguas escrituras, reescrituras y barcas flotantes que trasladan espejismos, remitentes declarados y deidades geoglifas que sonríen antes de proyectarse en el ojo cubista que llama a aceptar el relevo, una cadena ingrávida que va de sombra a sombra, y en cada una te aludes y te citas en este cuarto a ciegas. [!c:Liquidación por cambio de temporada] Seda, raso, lentejuelas, plástico, encajes, la moda es pulcra, limpia es el objeto aséptico. Renovar para botar lo viejo, lo sucio y gastado. Ahora el objet trouvé, brilla. Remanentes de la cultura pop, desde el exacerbado cromatismo plano, a la síntesis pragmática del blanco y negro de mode. La obra de Lila calderón es síntesis de materialidad en signos urbanos que ahora salen de su lugar común, la vitrina, para instalarse como fragmentos. Cultura del símbolo popular, la cotidianeidad del ciudadano se vuelve reflexión y analogía de la calle. Madame de Cebré, animal cebra, paso de cebra, la piel que cubre la esencia, las líneas que cubren el artificio de la ciudad pagana, mercancía, fetichismo transfiguración del objeto cotidiano. También el cuerpo es exhibición y ocultamiento, así se ofrece en su "Guardían" o en "Campbells", una clara cita a Warhol, como también sus chicas "Twiggy", que brillan entre lentejuelas y lencería. La obra a veces se nos aparece como el test psicológico de Rorchard, los objetos ensamblados se cargan de tantos significados, que vemos lo que deseamos, totalitarismo de la materia, asociaciones en su infinitud de interpretaciones. Si quisiéramos un hilo conductor de la obra: luz y materia, blanco y negro, día y noche, razón y emoción, ambigüedad de los cuerpos, la ciudad que se prepara nuevamente para renovar el ciclo mítico del pret-á-porter o mejor dicho la liquidación por cambio de temporada". [!B:El drama de la liquidación por cambio de temporada] (Lila Calderón) Adquirir la conciencia de que la creación está en el proceso de producir espejismos y el resultado en el ensamblaje de las ideas y los cuerpos que lo componen, obliga al desdoblamiento de sí mismo en el espacio-tiempo para invadirlo como en el caso de [!c:Un desnudo bajando la escalera], de Duchamp. Ese ser está simultáneamente en las escaleras y en el cuerpo sorprendido en su desmaterialización para desenmascarar al tiempo y al pintor que lo despliega en abanico. El proceso de apareamiento de los objetos en esa red donde las piezas son fugaces y están en continua deserción, genera un barrido fantasmal provocador, semejante al que produce el drama de la liquidación por cambio de temporada en su rutina de montaje-desmontaje. El reciclaje como acción permite la vida eterna de las cosas que cobran significado en un nuevo ambiente, porque vienen cargados de experiencia ritual.