El 4 de abril a las 17:00 horas se presentó este libro del Centro de Investigaciones Barros Arana de la Biblioteca Nacional y de la Editorial Veranada y que contó con la edición de Soledad Abarca, directora de la Biblioteca, y del investigador Ignacio Helmke. Además de por este último, el libro fue comentado por Pedro Mege Rosso, director del Centro de Estudios Interculturales e Indígenas y Paula de la Fuente, Magister en Estudios de Género y Cultura, y Doctora en Historia.

Desde el 2016, la colección de Benedicto Rivas forma parte del Archivo Fotográfico y Audiovisual de la Biblioteca Nacional. Este libro contribuye a poner en valor una colección de más de 500 registros fotográficos, mayoritariamente inéditos de invaluable valor histórico y patrimonial. 

Fechados entre 1905 y 1940, los registros muestran, entre otros aspectos, los inicios de Cholchol como localidad fronteriza, así como las transformaciones que experimentó en el tiempo; las relaciones sociales que forjaron las familias que allí se instalaron; la dinámica de las labores agrícolas –principal actividad de la zona–; el quehacer de la Misión Araucana Anglicana; y la vida cotidiana y ceremonial de las comunidades mapuches. En este último caso, el acceso del autor a acontecimientos tales como rogativas y jornadas de palin demuestra que debió mantener vínculos estrechos con algunos miembros de dichas comunidades.

Llegan a BNd las fotografías de Benedicto Rivas, testimonios visuales de la Araucanía rural

Debido a que Rivas produjo sus registros sin fines comerciales, sus imágenes nunca habían tenido circulación hasta ahora. A principios del siglo XX, la zona estaba experimentando cambios políticos, sociales y culturales. Cholchol tenía la condición de territorio fronterizo mapuche, lo que lo convertía en una área de contacto entre colonos, inmigrantes, misioneros anglicanos y población mapuche. En ese contexto, los 227 objetos digitales que forman parte de la colección en la BNd -digitalizados entre los años 2012 y 2015- cobran un gran valor histórico, a la vez que evidencian el talento fotográfico de su autor en la composición, los encuadres y la calidad general de las imágenes.

En el año 2016, la totalidad de la producción fotográfica de Benedicto Rivas fue adquirida por la Biblioteca Nacional e incorporada al Archivo Fotográfico. Allí, el material -placas de vidrio 9x12 cm y positivos de distinto tamaño- debió pasar por un proceso de conservación y limpieza. Al mismo tiempo, el investigador Ignacio Helmke llevó a cabo un detallado proceso de documentación de la información asociada a la imagen, que luego en 2023 sería base para la catalogación de los documentos en el Archivo Fotográfico.