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Biblioteca del Reencuentro, conectando la memoria

Biblioteca del Reencuentro, conectando la memoria

Publicado el 05/12/2023
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Un lugar donde viven los trabajos hechos por los chilenos en el exilio, una biblioteca creada como una recuperación identitaria, donde los archivos se unen por su intención de mantener la resistencia en una oscura etapa para Chile. Este proyecto de recuperación cultural cobra más importancia hoy a 50 años del golpe de estado en Chile que obligo a tantos compatriotas a abandonar su país y trabajar con las letras desde el exilio.

Cuando hablamos de reencuentro nos referimos a volver a vernos; acercarnos, volver a lugares conocidos pero que se perdieron en el tiempo, reestablecer amistades, relaciones que la distancia erosionó, retornar al hogar, al lugar seguro, encontrarnos con nuestra propia identidad, con nuestra memoria, con nuestro pasado. Es lo que siente Marcel Proust con el sabor de las Magdalenas, es la idea del reencuentro visto en sueños lo que empuja a Juan Preciado a buscar a su padre Pedro Páramo.

Durante años Chile ha estado en viaje hacia el reencuentro de su propia identidad, en la búsqueda de su memoria. El golpe militar en 1973 quebró de forma indeleble la producción cultural nacional, lo que trastocó de muchas formas la manera en que se generaba la memoria del país. Muchos autores tuvieron que salir al exilio, y para los que se quedaban en Chile, el trabajo en la cultura se volvió peligroso. Desde la censura a la represión, la literatura se vio atacada y amordazada.

Pero desde el exilio, la literatura siguió fluyendo, las letras se volvieron una forma de resistencia, y la memoria encontró la forma de subsistir. El trabajo desde el exilio es hoy un archivo de gran importancia. Es por esto que la Biblioteca del Reencuentro es uno de los proyectos de memoria e identidad más importantes de la Biblioteca Nacional. Y en estos 50 años des el golpe de estado en Chile, queremos recordar su historia.

La Biblioteca del Reencuentro nace con la idea de aunar todos estos esfuerzos literarios que se hicieron desde el exilio. Este ha tenido, hasta el momento, tres etapas: el primero, apoyando una iniciativa de la delegación chilena ante la UNESCO, significó recuperar más de tres mil obras publicadas en Francia entre 1973 y 1988; el segundo, en conjunto con académicos chilenos residentes en Suecia y con el apoyo del gobierno sueco, hizo posible recuperar cerca de mil quinientos títulos; y por el tercero, se concretó en noviembre pasado con la entrega por parte del gobierno de Canadá, mediante un convenio de cooperación suscrito entre ambas bibliotecas nacionales, de un número significativo de obras.

Países como Francia, Suecia, Canadá, Dinamarca, Holanda, Suiza, México y Venezuela han realizado importantes contribuciones y aún colaboran para reconstituir el mapa de la producción intelectual del exilio.

Uno de los precursores del proyecto fue el periodista y poeta Jorge Montealegre; quien recuerda que la idea de la creación de esta biblioteca estaba en el aire mucho antes del inicio del proyecto y que los mismos exiliados fueron los primeros en empujar la idea:
“algunas comunidades de exiliados iniciaron, por iniciativa propia, la recolección de libros que donaron a la Biblioteca Nacional: llegaron de Francia, Suecia, Canadá y de otros lados. Entonces se fue incrementando un acervo particular en un contexto en que en la
División de Cultura del MINEDUC se consideró el exilio y la migración chilena como una región: la Región XIV. Así, cuando Clara Budnik era la Directora de la DIBAM, le presenté la idea de la Biblioteca del Reencuentro, muy formalmente porque yo era jefe del
departamento de Cultura del Mineduc en la Región Metropolitana; por otro lado, en la Cancillería existía la DICOEX, que se preocupaba de los chilenos en el exterior, dirigida por Marcel Young. Los tres conocíamos exilios diferentes, nos conocíamos y aunamos sin
mayor trámite las tres instituciones en torno a esta iniciativa que nos gustaba y considerábamos necesaria. Además, ya se estaban usando los recursos tecnológicos como para hacer una biblioteca en línea, en tanto no se pudiera ser material. Obviamente quedó
radicada en la Biblioteca Nacional”.

El mismo Jorge destaca la importancia de este tipo de proyecto en relación a la memoria nacional: “Cada libro escrito en el desarraigo es una manifestación de resiliencia y de resistencia; además de darle continuidad a una producción literaria que se interrumpió
literalmente de golpe. La destrucción de Quimantú, la censura, la prisión y el exilio de escritores y escritoras tuvo una respuesta extraordinaria en el exilio. Además de los libros de escritores ya profesionales y de los jóvenes que surgieron, se crearon editoriales y
revistas extraordinarias que contienen esas memorias. Pienso en Araucaria y la revista Literatura Chilena de Creación y Crítica. Yo mismo edité una muy modesta (“El barco de papel”) y publiqué mi primer libro a mimeógrafo en este exilio que siempre fue una extensión del país. Una biblioteca para consultar esa producción y ese registro tiene una importancia evidente”

La Biblioteca del Reencuentro es un proyecto en constante crecimiento. Mejorar el acceso virtual al catálogo, adquirir más títulos de chilenos en el extranjero, y realizar investigación sobre el catálogo son los próximos desafíos. Los títulos de la Biblioteca del Reencuentro
pueden ser ubicados en el catálogo de la Biblioteca Nacional. Compartimos una lista seleccionada por Jorge Montealegre de los títulos más destacados de la Biblioteca del Reencuentro.

  •  Conversaciones con Enrique Lihn. Pedro Lastra.
  •  El Libro Negro de la Intervención Norteamericana en Chile. Armando Uribe.
  •  Puente aéreo: jóvenes escritores chilenos en España.
  •  Las malas juntas. José Leandro Urbina.
  •  Entre la lluvia y el arcoiris: algunos jóvenes poetas chilenos. Compilado por Soledad Bianchi.
  •  Chilean literature in Canada / Literatura chilena en Canadá: a bilingual anthology. Ed. Naín Nomez.

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