El 13 de enero de 2008 fue un día aciago para el periodismo nacional. Falleció ese día- tras un agresivo cáncer- una de las plumas más valientes, rigurosas y perseverantes de la segunda mitad del doloroso siglo XX chileno.

Patricia Verdugo Aguirre fue una periodista que vio fracturada su vida en varios instantes, de todos los cuales con impresionante tesón pudo sobrevivir. A la muerte de su hijo Edgardo y su hija Ángela, ambos a brevísima edad, le siguió la feroz muerte de su padre a manos de la Dictadura Militar de Augusto Pinochet.

Del primer quiebre sobrevivió gracias a su fe, tal como lo cuenta en su autobiografía Bucarest 187. Mi historia- y del segundo gracias al periodismo.

Formada en una familia con varios integrantes del mundo militar y ligada a la Democracia Cristiana, Verdugo vio cómo el golpe de estado de 1973 quebró a su entorno, sus afectos y a lo que ella entendía hasta ese entonces como democracia.

Su hermano menor participó en el asalto a la casa de Salvador Allende; sus tíos oficiales le dieron la espalda tras conocer que ella había entrevistado a miembros de la oposición a la dictadura, como por ejemplo Tucapel Jiménez. Se convirtió en una persona non grata para quienes, hasta un par de años antes, la abrazaban en fiestas familiares.

Su misión desde julio de 1976 fue buscar justicia para su padre -Sergio Verdugo- y a través de él para todas las víctimas de la dictadura más atroz y desbordante del Cono Sur, tanto por su duración como por el alcance de sus horrores y la desarticulación del Estado como se conocía hasta entonces.

Bucarest 187 relata su historia, la que de muchas y entrecruzadas formas es nuestra historia. La de quienes vivimos la dictadura y quienes nacieron en la democracia que le siguió. Democracia imperfecta pero que permitió ir corriendo los velos que impedían justicia dejando-por cierto- una deuda que se arrastra hasta hoy en que aún no sabemos dónde fueron a parar los detenidos desaparecidos.

En ese libro podemos recorrer la vida de Patricia  y la de muchas mujeres que lucharon contra la Dictadura, contra Pinochet y sus cómplices. En distintos pasajes aparecen las mujeres que la acompañaron en su camino tenaz y perseverante de buscar la verdad sobre la muerte de su padre y desatar los nudos de las redes tejidas para proteger a los responsables de ella. María Olivia Monckeberg, Mónica González como compañeras de oficio; Fanny Pollarolo en Mujeres por la Vida o Pamela Pereira en su paso por los Tribunales buscando justicia para su padre, por mencionar algunas. Ellas unieron a la de Verdugo sus propias historias, dolores y fuerzas.

En 1983 dos hechos importantes ocurrieron en su vida: fue nombrada Presidenta del Colegio Metropolitano de Periodistas y ayudó a formar la agrupación Mujeres por la vida un colectivo nacido del dolor de Sebastián Acevedo quien ese mismo año se inmoló clamando la libertad de sus hijos Galo y María Candelaria detenidos el 9 de noviembre de ese año por parte de la Central Nacional de Inteligencia (CNI). El dolor de Acevedo motivó a que estas mujeres formaran un colectivo que reuniera fuerzas para denunciar no sólo los actos de tortura de la Dictadura, sino también la precariedad social y económica de las mujeres en Chile.

Patricia destacó en todo lo que hizo: como periodista en la Revista Ercilla, revista Hoy, Revista APSI, como corresponsal para Televisa y  en los más de diez libros que publicó.

Muchas veces fue amenazada por sus reportajes, tanto por vía telefónica como también material. En el capítulo siete de Bucarest 187 relata que en una oportunidad le enviaron una caja con un pescado podrido sin cabeza en su interior o cómo llenaron su barrio de papeles acusándola de anti patriota y agente del comunismo.

Nada la detuvo, lo que no quiere decir que no temiera por su vida y la de sus hijos, aunque su relación personal con la muerte era más bien de diálogo que de miedo. Ella cuenta que tenía un pie en este mundo y otro en el cielo: Acá tenía a sus hijos y allá a sus dos pequeños hijos y a su padre.

Casada en dos oportunidades tuvo que aprender a llevar el dolor de sus rupturas con el trabajo persistente por encontrar a los autores materiales de la muerte de su padre.

En ese contexto, Verdugo se transformó a nivel nacional e internacional en la cara visible de la lucha por los Derechos Humanos, la verdad y la justicia.

Sus libros como Una herida abierta (1979), André de La Victoria (1984), Quemados vivos (1986) y Los Zarpazos del Puma (1989) circularon no sin censura y, por cierto, gracias a la clandestinidad y las ediciones piratas. Cada uno de ellos evidenciaba los secretos a voces, los rumores y desmentían los vocablos de “presuntos desaparecidos” y “excesos”, usados tan frecuentemente por los canales oficiales de esta dictadura que en la década de 1980 se ponía la careta de gobierno democrático avalado por una cuestionada Constitución.

En 1993 recibió el premio María Moors Cabot que otorga desde 1938 la Universidad de Columbia,  reconocimiento internacional otorgado a periodistas de todo el mundo. Cuatro años más tarde, en 1997, fue reconocida con el Premio Nacional de Periodismo, valorando su  trayectoria profesional dedicada a la rigurosidad periodística en aquellos años donde poner mal una coma podía costar la vida.

Patricia disfrutó lo más que pudo los 61 años que por cierto tuvieron de dulce y de mucho agraz. Sus amigas la definen como una mamá cariñosa, alegre: una mujer caliente y crítica y una periodista con una ética indiscutible e incuestionable.

Su legado persiste en sus libros, reportajes y entrevistas. Es nuestro trabajo poner en valor la tinta de sus obras para mantener viva la memoria que nos permita tender puentes entre el pasado, el presente y el futuro que nos toca construir.

BIBLIOGRAFÍA

SECCIÓN CHILENA

1. Una herida abierta
2. André de La Victoria
3. Quemados vivos
4. Los Zarpazos del Puma
5. Operación Siglo XX
6. Tiempo de días claros
7. Chile 1973:"así lo viví yo”
8. Conversaciones con Nemesio Antúnez
9. Interferencia secreta
10. Bucarest 187
11. La caravana de la muerte. Pruebas a la vista
12. El enigma de Machu-Picchu
13. Allende: Cómo la Casa Blanca provocó su muerte
14. La Casa Blanca contra Salvador Allende. Los orígenes de la guerra preventiva
15. Alvear: Revelaciones de una mujer de Estado
16. De la tortura NO se habla: Agüero versus Meneses

HEMEROTECA

1. Revista Ercilla
2. Revista Hoy
3. Revista APSI

REFERENCIAS CRÍTICAS

1. Los hermanos Orrego Vicuña, diálogo y tolerancia
2. Derechos humano y seguridad del Estado
3. Detenidos-Desaparecidos
4. Prensa: con “una espada de Damocles”
5. “Soy una escritora mutilada”
6. Una partida inesperada
7. El último zarpazo de Arellano
8. Isabel nos necesita
9. Volodia Teitelboim:”Por qué dejé la política”